domingo, mayo 04, 2008

Casi Apergaminado

Cuando las ventanas, lo mismo que la mirada del chacal y el deseo, taladran la aurora, unas cabrias de seda me levantan sobre las pasarelas del suburbio. Aprenderè entonces a llamar a gente que sueña con casitas doradas; que son piedras al fondo de un río presuroso?. Lo mejor es huir . Las alegrías y las penas se esparcen por la ciudad. El oro y el eucalipto, de igual aroma, atacan los sueños. Entre los frenos y los edelweis sombríos reposan formas subterráneas semejantes a corchos de perfumistas.
Ponele...
PH: Coronado-Mon