Noche en Pomona

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Apenas cerró contrato para hacerce cargo de aquel restaurante especializado en carnes patagónicas se apoyó en el Datzia blanco y con una disimulada sonrisa sacó de su cartera de piel negra un enorme teléfono celular. Y desde allí, de noche y al costado de alguna perdida ruta sureña más cerca de Somuncurá que de Pomona, me envió este mensaje:

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El tiempo pasa y no de largo

y hay quien no se entera

que somos los mismos

envueltos en novedad.

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Eso significa que aún sigue siendo vegetariana pero sólo que a escondidas.

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Ph: Sandra Rubina fotografiada por CORONADO-MON.

Txt del sms: Este mundo va, Miguel Bosé.